TIPOS DE INTOLERANCIA A LA FRUCTOSA

Existen varios tipos de intolerancia a la fructosa:

INTOLERANCIA HEREDITARIA A LA FRUCTOSA (IHF), un problema congénito, un fallo genético que impide la metabolización de la fructosa. Esta fructosa no metabolizada se comporta como una toxina en el organismo y puede producir problemas normalmente a nivel de hígado. Sus síntomas son nauseas, vómitos, falta de crecimiento en niños, ictericia, hipoglucemia, etc. Esta situación es de por vida y requiere una dieta muy controlada en cuanto a fructosa. Recordemos que la fructosa se encuentra presente en la mayoría de las frutas y verduras, así como en el azúcar, la miel, los siropes, etc.

MALABSORCIÓN DE FRUCTOSA O INTOLERANCIA ADQUIRIDA A LA FRUCTOSA. A menudo esta malabsorción no es solo a fructosa sino que se extiende a otros carbohidratos como lactosa e incluso glucosa. Las células del intestino pierden la capacidad de absorber fructosa debido a un fallo en el transportador, es decir, la puerta por la que la fructosa entra desde el intestino delgado al interior del organismo no abre, por lo tanto esta fructosa se queda en el intestino. Cuando llega al intestino grueso, 50 billones de bacterias le espera para darse un festín. Cuando estas bacterias de la flora intestinal se comen la fructosa, porducen sustancias de desecho, normalmente gases, que son los responsables de los síntomas de hinchazón, dolor abdominal, diarrea o estreñimiento, etc.

La intolerancia adquirida a la fructosa que normalmente aparece de forma casi espontánea, no es una enfermedad en sí, a menudo es sólo un síntoma de otra alteración como disbiosis intestinal, SIBO, colitis o cualquier otra enfermedad inflamatoria intestinal, por lo tanto esta intolerancia es reversible siempre y cuando se consiga erradicar el problema que lo origina.

Pero hay una buena noticia: tanto la intolerancia a la fructosa como las enfermedades inflamatorias intestinales (SIBO, síndrome del cólon irritable, Crohn, colitis ulcerosa, gastritis, Helicobacter Pilory, hernia de hiato, cándida, déficit de DAO, HANA, etc) , pueden solucionarse o al menos mejorarse de manera notable con un buen tratamiento dietético.